Exploradores del Nuevo Mundo


Tres días después de que las armas fueran sustraídas de esas pozas, dos niños ingresaban sin intensiones de crear alguna falsa alarma en la sociedad, solo las travesuras se encendieron en esas pequeñas mentes, fue momento de recorrer el camino, el fin estaba cerca y las noticias no paraban de repetir; Un arsenal fue encontrado en San Mateo, comunidad de los Olivos, para ello la sorpresa no dejaba de aturdir a los pobladores, un día común y cualquiera se estaba convirtiendo el una pesadilla y aun no se daban las 10:00 horas de esa mañana, mientras las ollas hervían y el maíz se desgranaba un trago de leche bronca fue la causa del estreñimiento y a su vez un pequeño calambre entre las piernas y el abdomen, mientras que los pequeños brazos de Anibal intentaban a todas fuerzas socorrer lo que en ese momento yacía como un ahogamiento, alejándose rápidamente de la orilla, con toda la esperanza de lograr sacar de las profundas aguas a su mejor amigo, un sábado muy latente en la comunidad pues hacía años que en esa misma fecha pero un poco más alejados de las fosas, una familia se había encontrado en lo que se conoció como el "último paseo" debido a que la sorpresa no dejó terminar los alimentos que fueron preparados con la finalidad de disfrutarlos bajo la sombra de un árbol y en la compañía de la familia de Carolina Rosas. 

Quién imaginaría que esto terminaría tan mal, una tarde de verano sería el peor día para la comunidad, cinco personas encontradas dando cu último bocado como suspendidos en la arena, es de no querer recordar, atestiguando momentos como esos no es bueno para una mentalidad tan débil pero que se puede hacer cuando se trabaja despidiendo a los amigos, hermanos, padres abuelos y por que no hasta los hijos, de esto se trata el oficio que me tocó aprender cuando de joven se pierden los ánimos por el estudio, así que no quedaba de otra más que interesarme por quién fuera el sepulturero del pueblo, Don Cecilio decía que sería bueno en esto, pero sin duda no estaba muy en lo correcto, es doloroso para mí porque nunca se sabe quién será mañana o pasado mañana en fin, continuando con lo que venía platicando, comenzaba a escuchar algunos gritos cerca de la arboleda de los Hernández, fue ahí cuando decidí correr para solo descubrir que una mañana tranquila se estaría convirtiendo en otro día más de trabajo, pues por mas esfuerzos que realicé no fue posible sustraer con vida al pequeñín que jugaba con Anibal, mientras intentaba resucitar al pequeño, le pedí que fuera a casa del comisario para avisar sobre lo sucedido, intenté una y otra vez empujando su pecho contra el suelo pero no daba señales de querer regresar del viaje final, había perdido la noción del tiempo cuando escuche el trotar de los caballos tan a prisa que sentía como temblaba el piso, ese odioso temblor que fastidiados de tanto que por estos lugares se movía el piso, en cuanto vi el primer jinete escuche un grito endemoniado, se trataba del mismísimo hijo del comisario, ni siquiera dejó explicar lo sucedido, tomó al pequeño y lo abrazó tan fuerte que escuchaba como se tronaban sus huesos, gritaba como loco hacía el cielo, una voz tan gruesa suplicaba por la vida del infante, las lagrimas no pararon ni un segundo, fue tan espeluznante que en el momento no sabía que hacer, la demás gente comenzaba a llegar a la escena para ver en que podía ayudar o simplemente a estorbar, los adultos rezaban por el alma del pequeño mientras los niños, enfurecidos por la pérdida de un amigo pateaban las piedras y sacudían sus cabezas implorando no fuera verdad lo que sus ojos estaban contemplando. 

¿Qué tenían que estar haciendo en este lugar? Tan prohibido lo tenían pero no les importó desobedecer a sus padres, solo estaban en busca de una aventura, por cierto las armas mismas que gente de que se dedica a otras cosas, fue a aventarlas después de hacer sus menesteres. Los rumores se escuchaban de casa en casa, no hubo familia que no supiera acerca de ellas, tal vez en estos tiempos ya se ha normalizado tanto la violencia que estos niños tenían intensiones de encontrar alguna arma para jugar, como ya es visto en cada calle niños correteando a otros gritando que hasta ahí llegaron, es triste para mí, tener que sepultar a un niño de tan solo siete años, todo por que ya no quieren jugar al maestro o al constructor de carreteras, ellos solo quieren ser más que niños.

Dejo la liga de mi libro de bienestar personal espero les guste. https://www.amazon.com/-/es/Magdiel-Ariel-Delgado-Mu%C3%B1iz-ebook/dp/B0CMPKD9KY

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