Diana
Fue un tonto, nunca imaginó siquiera que eso pasaría, es cierto que a cada momento tomamos decisiones en nuestras vidas que sin duda cambian todo a nuestro alrededor, no pudiera comprender de ninguna manera que sucedió aquella noche, si a mí me intriga tanto imaginarlo no quisiera saber qué sintió justo cuando todo sucedió, han pasado aproximadamente doce años y aún no tengo esa respuesta, ni siquiera tengo las palabras para acercarme y decirle que todo estará bien, que las cosas van a mejorar y que eso que pasó fue solo una horrible pesadilla, pero sé que no es así, lo escuché llorar, lo abrace y susurré a su oído esas palabras que tanto odio decir, recuerdo que le dije eres fuerte y duele pero tenemos que seguir, tal vez hoy perdimos pero por alguna razón esto sucedió, de esas palabras dichas y con esa frialdad en ellas le recordé que siempre estaré de pie cuando necesite quién extienda sus brazos para acompañarle en este sentimiento, que se que duele y mucho pues afecta a muchas personas, pero que tan cercanos debíamos ser para que esto le afecte y me afecte de esa manera, creo que lo suficiente como para llorar y mudar alegrías a un lugar muy adentro de nuestro pecho para continuar con este fatal dolor que se aferra a no desenterrar ese sentimiento por al menos hasta hoy, hemos partido nuestras almas para desprendernos del amor que por ellos sentimos, pero no significa que nos arrodillemos ante el dolor y demos el triunfo, de eso jamás nos verán padecer, pues lo vi destrozado pero más no derrotado, tuvo la opción de quedarse y perderlo o luchar y seguir por buscar la gloria, para lo que simplemente contempló el lugar y buscó refugio en el sendero de la soledad, no cabe duda que lloramos por mucho tiempo y varias veces rompió en llanto cuando mejor o de la mejor manera pasábamos el rato, nos ocupábamos cada viernes en reuniones de gente, esa plaza estaba concurrida, tanto y de tantas personas que se conocían y si no, eran conocidos de tus amigos, total que ese lugar siempre fue una área de esparcimiento para jóvenes de nuestra edad, se muy bien que aún éramos adolescentes y solo buscábamos andar de ahí para allá y de regreso por si no te encontrabas con suficiente gente, ese era el punto de encuentro para ir a pasarla bien, organizar fiestas o de ahí partir a algún bar, éramos menores de edad y eso nos obligaba a tener que invitarnos o que alguien más nos invitara a alguna fiesta, todos querían beber alcohol y el centro de la ciudad no era una opción para alguien de 15 años, las casas de en las que los papás andaban de viaje o eran divorciados eran especiales para una de las más locas fiestas, aún recuerdo fiestas en casa de Esteban, unos bebiendo en el jacuzzi, otros tocando música de nuestros tiempos, sin duda éramos muchos abarrotando esas casas, jamás hubo una sola pelea, hasta eso siempre fueron tiempos de paz, bailamos, brindamos, jugamos, y por supuesto había quien la pasaba un poco mejor, pues esas habitaciones oscuras siempre fueron un misterio para mí, estaba completamente prohibido abrir esas puertas, a menos que alguna estuviese abierta podías acceder con tu pareja, algo que no podría contar cómo anécdota, solo sé que en esas fiestas de bajo presupuesto pero muchas ganas todos salíamos felices de disfrutar esos eventos, de los cuales en lo particular hubo uno en casa de Eduardo, el siempre desde que te abría la puerta te sentías como en casa, y no se diga sus padres pues optaban por dejar la casa para que no privarnos de nada, aún recuerdo que estaban ellas ahí, las conocimos en agosto en secundaria, ya ni siquiera recuerdo como fue que terminé en esa fiesta, a solo un par de cuadras de mi casa y con tantos desconocidos, no negare que la pasé muy bien, se acercó a mí y me preguntó por ti, quería saber dónde estabas era muy amiga de Eduardo y creo que fue quien me invitó a esa fiesta, solo para que me acompañaras y pasaras el tiempo a su lado, te tuvo en un pedestal muy grande, cuando las conocimos tal vez recuerdes que no dejaba de mirarte y tú hacías como si no te importara para que de regreso me dijeras lo mucho que te gustaba, sin duda que ambos tenían mucho por decir y tan poco por acercarse, bastaba con que el brillo de sus ojos se reflejara en ambos y se pusieran ultra nerviosos, en verdad no sabían despistar un poco, pero esa noche fue distinto para ti, continuando con esa fiesta estuvimos mucho tiempo en el sofá conversando siempre fue de ti, no estuviste pero te hicimos presente de tanto hablar, sinceramente me di cuenta de cuánto te quería, solo preguntaba por ti y si ella te gustaba, me cansé de decirle que la querías como a nadie, o al menos nunca te había visto así, para nuestra edad no era como ver dos niños enamorados, simplemente eran dos niños enamorados esperando a que cada quien diera el primer paso, sé que estuviste a punto de darlo, y ella lo esperaba, buscabas excusas para verla y ella te daba esas excusas para verte, cada día íbamos a buscarlas y tú la veías, y no te cansabas de decirme lo mucho que te gustaba, y yo tampoco me cansaba de decirte que los dos estaban esperando lo mismo y que tú debías llegarle, no perderías nada y al contrario lo ganarías todo pues te esperaba, eso le dije y fueron las últimas palabras que dije, sentí que había cumplido y que algo funcionaría, nadie es dueño de su vida, es algo que si puedo entender cuando lo supe. Estaba en mi casa dormido aproximadamente eran las siete de la mañana y recibí una llamada a mi celular, era la voz de una mujer que únicamente se molestó en decir "Ella ha muerto" me impactó tanto y eso que ya había vivido de cerca la muerte de alguien cercano a mí, me derrumbé al saberlo, no sabía de que manera se lo diría, es mi amigo no se que hacer para decirle, me dejaron esa tarea a mí, le llame y le dije que independientemente de lo que le diría el no se iba a derrumbar y no haría nada estúpido, prometió que no haría nada, pero que le dijera, y le dije "Ella ha muerto", mi única reacción fue ir por él y llevarlo a donde su cuerpo estaba siendo velado, sus lagrimas abundaban en el lugar y todos sus familiares observaban a mi amigo, el estaba completamente destrozado, tan impotente, es algo que no me gustaría volver a vivir de la mano de él u otro amigo, lo abrace, más bien lo abrazamos, fuimos al crematorio y de ahí al panteón dónde sería el último lugar a donde podrá visitarla, estuvimos ahí hasta tarde, muy tarde no podíamos creer lo que estábamos viendo, sus cenizas dentro de una caja, guardada en en un muro, se que en realidad fue un tonto, se que lo fue, platicamos, fuimos a ahogarnos en alcohol, bueno al menos él, el me dijo que la noche anterior estuvo en casa, era viernes y debíamos estar en el centro, conviviendo como siempre, teníamos que estar ahí, pero no lo hicimos, estuve en casa chateando, se conectó un extraño o una extraña, no recuerdo su nombre pero me preguntaba sobre ella, sobre por que no iba y la buscaba, que le llegara porque no tenía nada que perder, que eran el uno para el otro, y que se armó de valor y salió a buscarla, fue al centro pero ella ya no estaba, se había ido, literalmente se había ido su alma, partió de este mundo, y que lo había dejado solo, estuvimos un buen rato conversando y recordándola, el hecho de aceptar que había sucedido eso que cambió por mucho nuestras vidas, más la de él al saber que nunca más la volvería a ver, eso impacto sin duda todo y a todos los que nos reuníamos cada viernes, pues se llegó el primer viernes después del accidente, y no se hablaba de otra cosa que no fueran, todos se preguntaban como era posible que once jóvenes cupieran dentro de un Volkswagen Pointer, nadie lo podía creer, todos tenían una copia del periódico de aquel sábado, al ver las desgarradoras imágenes muchos soltaban en llanto y algunos otros preferían no ver, el carro quedó completamente destrozado, un cuerpo colgaba de la ventana del chófer, y pensar que justo ahí iba ella, en qué parte de ese carro, no lo sabemos, pero lo que si sabemos es que ya no está más aquí, de los sobrevivientes, el amigable niño, lo sé aún era un niño para ese entonces, llegué a su casa y me recibió tan amigable, pase el rato conversando con ella y ahora me cuesta ver qué se encuentra en coma, he escuchado rumores de que alguien salió ileso del accidente, de verdad que no lo conozco, y q quien conducía también está vivo, no me imagino que estará pasando por su cabeza al saber que nueve personas murieron por la imprudencia, primero como es posible meter a tantos en un Pointer, y segundo a qué velocidad iba para que no tuviera control del volante, se rumorea que es mayor que todos los que lo acompañaban esa noche, no es posible que haya cambiado tantas vidas, pero por qué buscar culpables y no mejor comenzar a aceptar y avanzar en el camino, aunque sigo sin entender, ver los cuerpos por todo el parque los árboles que detuvieron el carro y sentirme así de mal por lo que pasó, me está matando, si eso me sucede a mi, no quiero ni pensar cómo se siente mi amigo.
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